Lo antes señalado significa que un tipo particular de tratamiento que pudiera recibir un paciente depende fundamentalmente del enfoque teórico del terapeuta. Ejemplo: un paciente que padece de depresión, si acude a un clínico con enfoque cognitivo-conductual, éste hará una intervención de reestructuración cognitiva. Y si por el contrario, acude a un psiquiatra con enfoque biológica, éste recetará antidepresivos o tratamientos biológicos; pero si acude a un psicoanalista, el profesional enfocará la terapia a la etapa de la niñez para encontrar las causas de la depresión.
De este modo el modelo teórico científico es la brújula que guiará nuestro trabajo terapéutico. Y la formulación clínica es el tipo de barco en que navegamos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario