martes, 13 de mayo de 2014

video: entrevista psicológica

Por Becerril Serrano Julia y González Osorio Ma. Teresa

Deseamos presentarles un ejemplo de entrevista psicológica. Lo que verán a continuación estuvo dirigido por el reconocido terapeuta Carl Rogers; él es uno de los máximos exponentes de la psicoterapia humanista.
No es una entrevista de corte cognitivo-conductual, sin embargo la hemos elegido en virtud de que aún en ella, podremos encontrar aspectos interesantes en la conducción de una entrevista:
Observemos por ejemplo, la empatía (Rapport) que hace Rogers con su clienta; Démonos cuenta del grado de escucha activa en donde él es capaz de reflejar lo que la clienta dice y siente.
Gloria (la clienta) llega por varios asuntos a terapia (Nivel IV). Durante el desarrollo de la sesión, los niveles I y II se van haciendo presentes.
Al final, Carl Rogers ofrece una reflexión de la sesión terapéutica.

Por último, consideramos  que no basta tener un buen análisis y formulación clínica si no entramos auténticamente en el mundo interno de la persona y desde ahí, acompañarla en su proceso.


https://www.youtube.com/watch?v=XJ6giOruT0Q

lunes, 12 de mayo de 2014

Análisis molecular y Análisis molar


     Uno de los conceptos que debemos tener muy claro son los llamados Análisis Molecular y análisis molar. Una manera resumida de conocer las diferencias es que, el análisis molecular hace referencia a las conductas moleculares, es decir; se estará haciendo referencia a aquellas conductas diferenciadas según sus detalles biológicos o musculares. Son conductas que tienen origen en lo fisiológico, aunque en verdad toda conducta tiene relación con lo fisiológico, debido a que conducta es “acción en un contexto” y la acción solo es posible realizarla a través del cuerpo, del organismo total. Una conducta que se describe en términos fisiológicos (contracción de músculos, movimientos intestinales, secreciones, ritmo respiratorio o cardíaco, etc.) puede ser calificada de molecular. Lo mismo ocurre si se describe a nivel de lo físico espacio-temporal.
Por su parte, se da un análisis molar cuando se analizan  interacciones complejas entre conductas en una situación o tarea en particular y un organismo. Es decir, cuando existe interacción entre individuos y el medio en el que están inmersos.
A continuación presentamos la colaboración de Yáñez Huitrón, en donde nos apoya a diferenciar estos dos tipos de análisis.

Por Celia Yáñez Huitrón

  La diferencia entre una unidad molar y una molecular no sólo depende de su duración o su proyección espacial (de la escala a la que está construida (Clarke, 1982)), sino de su nivel de integración en la jerarquía de sistema nervioso según sea el grado de organización de la conducta (Martin y Bateson, 1986:2.)

Las molares son integradoras y abarcan diferentes respuestas del sujeto de forma global, llegando a ellas a través de la abstracción. Las moleculares, por el contrario ofrecen una terminología básica de la conducta observada, refiriéndose simplemente a la descripción de atributos observables. (Anguera, 1981, 1983, 1985a, 1985b; Blanco, 1982a, 1982b; Quera, 1986).
Ejemplo Molar: El sujeto cuando responde que "sí", puede querer decir: que está de acuerdo, que le gusta y que está a gusto.
Moleculares: El sujeto cuando responde que "sí",  quiere decir que le gusta.
Temporales Referentes a la duración de una determinada conducta. (Martin y Bateson, 1986).
Ejemplo: ¿Cuánto tiempo tardará Juan en cambiar de canal?
Acción o evento Similares a las unidades naturales y de conducta, pero distintas en forma y contenido. Es la observación de una actuación o acontecimiento (Sackett, 1978).
Ejemplo: Observar el recorrido que realiza Juan por la casa cada vez que entra.
Unidades de análisis moleculares son unidades pequeñas de conductas, actos determinados.
Metodología molecular se asemeja a “tomar fotografías” de la conducta.
La molar analiza la asignación de tiempo a las posibles respuestas y su relación con “paquetes” conductuales.
 
Referencia
Sanabria, F. (2002). Análisis Molecular y Molar: Dos Visiones de la Conducta. Stony  Brook University. Univ. Psychol. Bogotá (Colombia)

sábado, 3 de mayo de 2014

Etapas de la formulación clínica

Por Julia Griselda Becerril Serrano y Ma. Teresa González Osorio

Existen varias etapas para hacer una formulación clínica, aquí abordaremos las que mencionan Castro y Ángel (1998).


Etapa I. Descripción del motivo inicial de consulta
1.    Observa y registra las características del comportamiento del paciente durante la entrevista inicial.
2.    Obtén  información sobre los motivos iniciales o las razones por las que el paciente decidió buscar ayuda.
3.    Describe la historia y /o acontecimientos desencadenantes de cada uno de los motivos de consulta. Preguntas que pueden ayudar: "¿Desde cuándo notó por primera vez el problema?", "¿Qué estaba ocurriendo en su vida cuando se presentó...?"
4.    Establece el nivel inicial en el que el paciente presenta su motivo de consulta.
5.    Formula las primeras hipótesis sobre los niveles determinados en el paso anterior y establece dirección ascendente o descendente para cada uno de los problemas según el nivel en el que se encuentre.

Etapa II. Información general, personal y contextual
6.    Obtén los datos personales y demográficos del paciente y de personas significativas.
7.    Obtén información sobre los recursos y el grado de satisfacción en las principales áreas del ambiente funcional que se relacionan con las actividades de la persona: ambiente físico, condiciones económicas, área afectiva, área laboral, área social y área de ocio.

Etapa III . Análisis histórico molar
8.    Obtén información sobre las características de sus padres.
9.    Haz un recuentro de los principales acontecimientos significativos de la historia de la persona.
10.  Genera las primeras hipótesis sobre factores de adquisición.

Etapa IV. Introducción a la formulación molecular: Análisis Funcional
11.  Describe las características topográficas y los parámetros de la respuesta (frecuencia, duración, magnitud y densidad). Puedes usar formatos de autorregistros.
12.  Determina los sistemas y/o procesos de los que forma parte esa unidad de respuesta particular.
 
Etapa V. Integración de la formulación conductual por procesos
13.  Completa la matriz de formulación clínica
14.  Establece la relación entre los diversos niveles de formulación
15.  Con base en la verificación de hipótesis establece los mecanismos comunes a la acción de los distintos procesos.
16.  Determina los procedimientos a través de los cuales pretende modificar los mecanismos comunes.
 
Etapa VI. Establecimiento del plan de tratamiento
17.  Establece las prioridades del tratamiento
18.  Distribuye tentativamente las actividades clínicas en un cronograma
19.  En la medida en la que va desarrollando el tratamiento, completa el resumen de la sesión.
20.  Evalúa regularmente los resultados de la intervención de acuerdo con las predicciones de la formulación y haga los ajustes y revisiones necesarias.

La entrevista clínica

¿Cómo es el proceso de una entrevista clínica? ¿Cómo debemos conducirnos cuando el paciente está frente a nosotros? ¿Qué es pertinente hacer y qué no debemos hacer?

Aquí hay  información que puede ser útil, cuya autora Blanca  Navarro Main, residente en Psicología clínica, nos presenta:

http://www.uco.es/informacion/webs/fundacioncastilla/documentos/archivos/formacion-residentes/la-entrevista-clinica-i.pdf

Procedimientos clínicos de la formulación por procesos

Por Julia Becerril y Ma. Teresa González Osorio


 


Durante el proceso de formulación en la práctica clínica, podemos distinguir ciertos procedimientos que están implicados. En otras palabras, se refiere a cómo vamos a organizar toda la información que el paciente nos reporta. Algunos procedimientos ya son estandarizados mientras que otros dependen de la naturaleza del caso. Éstos medios para obtener información pueden ser:


 
 
















Entrevistas estructuradas con el paciente. Este medio es el más utilizado para la evaluación conductual. Entre las más destacadas se encuentran:

formatos de autorregistro de triple columna, en los que se recoge información sobre condiciones antecedentes, respuesta y consecuencias.
 
Observación conductual. Otra fuente importante para recabar información es la observación directa al paciente. Es posible entregar al paciente un Cuestionario de Datos Personales con el fin de que sea el paciente mismo el que describa ciertas actitudes y las reporte al clínico.

Metodología de la formulación clínica. Puede ser descendente o ascendente. Es ascendente cuando el motivo de consulta se presenta en los niveles I y II y es necesario generar información de los niveles III y IV. Es descendente cuando los motivos de consulta se ubica en nivel 4 hay que realizar análisis funcional de conductas que covarían y análisis funcional para determinar niveles 1 y 2. Cuando el motivo de consulta se ubica en el nivel 3 hay que hacer análisis funcional para llegar al nivel 4 (Ver: Dimensiones de la organización conductual).

Referencia
Castro, L. y Ángel, G. (1998) Análisis de los trastornos psicológicos. En V.Caballo (dir). Manual de técnicas de terapia y modificación de conducta. Madrid: Siglo XXI. 
 

jueves, 1 de mayo de 2014

Dimensión ambiental de la organización conductual

Por Becerril Serrano Julia y González Osorio Ma. Teresa

   La organización conductual debe tener en cuenta también los factores de contexto y ambientales en los que se desenvuelve la persona. Tener en cuenta estas dimensiones de contexto nos permitirá como clínicos tener un panorama más completo acerca de nuestro paciente.
Existen diferentes tipos (dimensiones) del contexto, éstos son:
 
Contexto ambiental físico
Incluye características del ambiente físico inmediato (distribución de espacios, ambiente fijo y semifijo, densidad y condiciones de la vivienda, hacinamiento, etc.), características del ambiente laboral y características del ambiente físico extendido (urbano, suburbano, rural, tráfico, medios de transporte, niveles de ruido, contaminación ambiental, etc.)

Contexto ambiental macro social
Incluye organización política y socioeconómica, así como recursos económicos y de tiempo.

Contexto ambiental familiar
Son las características del medio familiar próximo y de las relaciones interpersonales estables. Características demográficas y personales de las personas significativas (edad, nivel educativo, actividad, condiciones físicas y de salud). Características estructurales e interactivas. "es importante incluir en esta área la información dela familia inmediata, pareja e hijos, y la de la extendida, padres, hermanos." (Castro y Ángel. 1998. Pp. 29).

Contexto ambiental laboral
Propiedades y recursos físicos, relaciones sociales y exigencias ambientales que se requieren en el funcionamiento laboral.

Contexto ambiental cultural
Conjuntos de patrones de influencia social, características del medio cultural, subcultura, condiciones étnicas, grupos de referencia formal e informal y redes de apoyo social.

Ambiente de ocio
Como su nombre lo indica, es el Grado en el cual la persona cuenta con los recursos para desarrollar actividades de ocio, en donde se incluye actividades placenteras, intereses, aficiones. esta información es igualmente importante para el análisis del sistema motivacional, es decir, qué motiva a nuestro cliente.

Dimensiones de la organización conductual

Por Becerril Serrano, Julia G. y González Osorio Ma. Teresa

    

 En este apartado, intentaremos resumir lo que Castro Camacho y Ángel de Greiff, mencionan en   relación a cómo está organizado jerárquicamente el comportamiento humano; no nos confundamos con la organización de la personalidad.
 
Nivel I Procesos elementales o de primer orden
Constituye el nivel más general y amplio de análisis e incluye aquellos procesos y conjuntos de relaciones no reductibles a otros de nivel superior. En otras palabras diremos que es la materia de la que está hecho el organismo y que le permite modular su interacción con el ambiente. Son los siguientes:

  1. Proceso biológico:Serie de variables de estado, por ejemplo, restricciones biológicas. Dentro de este proceso se pueden identificar factores genéticos, morfológicos y de constitución del organismo, factores fisiológicos y de funcionamiento de los sistemas de órganos a través de mecanismos bioquímicos, neuroendocrinos, eléctricos y metabólicos, entre otros.
  2. Proceso de aprendizaje: Conjunto de relaciones y principios que determinan la adquisición de nuevos repertorios y el cambio de comportamiento de los organismos a través del establecimiento de relaciones entre patrones de acontecimientos ambientales y patrones de acontecimientos conductuales.
  3. Proceso de motivación y mantenimiento conductual: Hace referencia a la relación que existe entre el comportamiento y sus consecuencias, que junto con las alternativas conductuales disponibles, le permite al individuo, por una parte, predecir y por la otra, ejercer control sobre su propio comportamiento y sobre su ambiente.
  4. Nivel II Procesos derivados
Ciertos tipos de interacción particular entre los diversos procesos primarios, dan lugar a su vez, a procesos derivados. Estos procesos por constituir tipos particulares de relaciones entre procesos elementales, comprenden efectos que no necesariamente se cumplen en otros niveles, los cuales son:
  1. Procesos emocionales.- Se refiere a procesos de activación emocional que derivan de la medida en que interactúan otros procesos.
  2. Procesos afectivos.- Son el resultado de la interacción de procesos biológicos, de aprendizaje, motivacionales y emocionales.
  3. Nivel III Covariaciones relacionadas funcionalmente
Como resultado de la interacción de los procesos básicos, primarios y secundarios, se suelen producir covariaciones conductuales que se han descrito de acuerdo con modelos diagnósticos de clasificación. O sea, se da una correlación de funciones.
           Nivel IV Problemas específicos (síntomas)
En este último nivel se encuentran las manifestaciones específicas que constituyen los motivos de consulta o síntomas del paciente y que es la ventana que el clínico observa y escucha en la práctica clínica.
 
Referencia: Castro, L y Ángel, G. (1998). Análisis de los trastornos psicológicos. En V. Caballo (Dir.) Manual de técnicas de terapia y modificación de conducta. Madrid: Siglo XXI

martes, 29 de abril de 2014

La formulación de hipótesis

Conviene distinguir entre la formulación de hipótesis y la formulación clínica; en relación a ésta última, ya hemos revisado su concepto e importancia en el blog de formulación clínica.

   Ahora abordaremos la formulación de hipótesis, ésta
se refiere al establecimiento de relaciones tentativas entre eventos específicos o conjuntos de eventos de carácter probabilista, sujetas a validación, que permite hacer predicciones sobre el comportamiento de un sujeto. Los autores Castro y Ángel, mencionan que "el proceso de formulación de hipótesis consiste en un conjunto de operaciones inductivas a través de las cuales se infieren relaciones funcionales tentativas entre acontecimientos, relaciones que tienen un valor predictivo sobre el comportamiento futuro" (Castro y Ángel, (1998). pp.9-10).

En el trabajo clínico se abordan diferentes tipos de hipótesis:

  1. Hipótesis correlaciónales: se refiere a la observación de situaciones o acontecimientos que suelen ocurrir de manera regular, o sea, que son predecibles. En este caso las variables que están asociadas a una conducta están asociadas o relacionadas entre sí.
  2. Hipótesis causales: En este caso, no sólo se observan regularidades (como en las hipótesis correlaciónales) sino que además se pueden establecer una direccionalidad de la relación. Es decir, cierta variable de comportamiento puede ser la causa de la generación de otras variables. Esto es relativamente fácil de encontrar en acontecimientos recientes del paciente, por ejemplo, depresión tras la muerte  reciente de un familiar. La cosa se complica cuando no hay algún evento reciente que haya causado el problema. Hay que considerar que la mayoría de los problemas (Castro y Ángel, 1998) surgen cuando las causas son distantes en el tiempo o bien, no corresponden a sucesos específicos sino a patrones o relaciones entre eventos. Este tipo de hipótesis tienen una gran complejidad porque hay una tendencia a centrarnos en los eventos cercanos al paciente y de olvidarnos de las circunstancias distantes que han provocado la conducta. Además hay una creencia popular y que desgraciadamente comparten también muchas personas que se dicen ser profesionales de la salud (incluyendo psicólogos) en el sentido de que ante la imposibilidad de hacer hipótesis causales de las variables de la conducta, optan por adjudicar los problemas a algún ente que habita en el cuerpo del paciente. Para plantearnos estas hipótesis causales, necesitamos abracar un abanico amplio en el tiempo del sujeto. "Las causas finales ni son eventos únicos (sino más bien complejas relaciones entre patrones de eventos), ni se tienen que encontrar en el ambiente inmediato, ni mucho menos "encarnarse" dentro del organismo" (Op. cit. Pp. 11-12).
Por último, validar nuestras hipótesis a través de la contrastación empírica, métodos estadísticos correlaciónales o diseños experimentales, por mencionar algunos, repercutirán favorablemente en nuestro trabajo como clínicos para poder brindar con ello una intervención adecuada en cada caso particular. Cabe resaltar así mismo, que a cada tipo de hipótesis, ya sea correlacional o causal, le corresponderá un tipo de validación.

La formulación clínica conductual

Iniciaremos definiendo lo que dentro del proceso terapéutico se denomina Formulación clínica.
Como psicólogos clínicos y terapeutas, llegarán a nosotros(as) personas que desean recibir apoyo. Nuestra primera labor será poner orden al discurso del cliente; así, nosotros necesitamos brindarle bases a fin de poder diseñar un tratamiento o un programa de intervención con el fin de mejorar las condiciones de vida del cliente. Una dificultad que se presenta con frecuencia es el hecho  de que la mayoría de clientes presentan diversos comportamientos-problema y objetivos de tratamiento. Por ejemplo una persona que experimenta episodios depresivos, consumo excesivo de alcohol y conflictos de pareja ¿Dónde debe centrar su intervención el clínico?  La elección del foco principal del tratamiento depende en gran parte de la importancia relativa que se adjudique a cada problema y de la postura teórica que tenga el clínico. ¿Por dónde se debería empezar a trabajar? ¿Cuáles serían las conductas subyacentes a la conducta causal? Podría pensarse que un cuadro depresivo lleva al consumo del alcohol y esto a su vez trae problemas de pareja. O por el contrario, un conflicto conyugal conlleva un estado depresivo y esto puede provocar consumo exagerado de alcohol.
Es aquí donde entra la formulación clínica pues implica generar un modelo causal dentro del cual se enmarquen y se interrelacionen las distintas hipótesis. 
"Por eso es esencial que el clínico obtenga medidas de los problemas, de sus interrelaciones y de los objetivos del tratamiento que tengan adecuadas propiedades psicométricas como para resultar idóneos para el cliente. La evaluación conductual es un enfoque científico que hace hincapié en el uso de varios métodos de evaluación, en la obtención de medidas con garantías psicométricas sólidas y adecuadas, en la medición realizada en distintas situaciones, contextos y momentos y en la observación directa del comportamiento" (Haynes, Godoy et al., 2011; Haynes, O'Brien et al., 2011).

Se entiende por formulación clínica del caso a "un conjunto integrado de hipótesis y juicios clínicos acerca de las relaciones funcionales entre los comportamientos-problema u objetivos de tratamiento y sus variables causales. En este sentido, la formulación clínica del caso juega un papel primordial en la comprensión de los problemas del cliente y en la derivación de los tratamientos posibles" (Godoy y Haynes, 2011).
Por su parte, Castro y Ángel (1998), mencionan que la formulación clínica "se remite al problema fundamental de la ciencia del comportamiento, es decir, al de la causalidad" (Pp.4).
Implica que, como clínicos, pensemos de manera científica: ¿Cuáles son las variables que determinan la conducta?  ¿Cuál es la metodología a seguir para un caso determinado? ¿Cómo puedo medir las variables para otorgar al trabajo clínico una validez y confiabilidad? ¿Qué procedimiento(s) son los adecuados? ¿Cómo puedo comprobar la hipótesis y saber si la intervención ha sido eficiente?




El modelo teórico en el proceso terapéutico

  Como clínicos necesitamos basar nuestro trabajo dentro de un modelo teórico validado científicamente ¿A qué se debe? Si partimos de que la psicología es una ciencia, nuestro trabajo debe estar sustentado con bases metodológicamente científicas, pero además deben cumplirse otros requisitos. Castro y Ángel (1998) señalan que, "aunque el modelo teórico constituye una fuente importante de hipótesis para la formulación, hay que tener en cuenta que es necesario que se cumplan los criterios de validez de la teoría y que, aún en el caso de que la teoría sea válida, ésta debe acomodarse a los hechos y no los hechos a la teoría". (Pp.8).

Lo antes señalado significa que un tipo particular de tratamiento que pudiera recibir un paciente depende fundamentalmente del enfoque teórico del terapeuta. Ejemplo: un paciente que padece de depresión, si acude a un clínico con enfoque cognitivo-conductual, éste hará una intervención de reestructuración cognitiva. Y si por el contrario, acude a un psiquiatra con enfoque biológica, éste recetará antidepresivos o tratamientos biológicos; pero si acude a un psicoanalista, el profesional enfocará la terapia a la etapa de la niñez para encontrar las causas de la depresión.

De este modo el modelo teórico científico es la brújula que guiará nuestro trabajo terapéutico. Y la formulación clínica es el tipo de barco en que navegamos.

Hemos creado este sitio a partir de la experiencia formativa del módulo de Psicología teórica III, coordinado por el Mtro. Gustavo Montalvo Martí­nez, catedrático de la Facultad de Psicología SUAyED, de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Esperamos que este sitio sea de utilidad para revisar los diferentes conceptos que aquí te presentamos de una manera amena y sencilla.

Recibe un saludo.



Julia Griselda Becerril Serrano y
María Teresa González Osorio